It would seem that the sexual abuse of children and adolescents is something that is very well known, well understood, and well judged in our society today, because it is such a heinous crime that leaves scars that last a lifetime and changes it completely. But that is not the reality. Not only is it not the reality, but there are still many injustices against the victims, who are not believed and are not helped in the best possible way in the long and arduous process of healing their wounds. Well, this is the main theme of the book that Dr. Deborah Inman gives us today. Written in a vocabulary accessible to guardians, parents, educators, therapists, and attorneys, the book aims not only to create greater awareness, to open eyes and hearts to understand the harsh reality of sexual abuse, but also to present practical resources, solutions to concrete questions that parents can ask themselves in the face of this type of abuse. The big problem here is that the vast majority of abusers will not admit what they have done, nor will they express any remorse.
Pareciera que el abuso sexual de niños, niñas y adolescentes fuera algo muy bien conocido, bien atendido y bien juzgado en nuestra sociedad actual, por ser un crimen tan atroz que deja secuelas para toda la vida y la transforma totalmente. Sin embargo, esa no es la realidad. No solo no es la realidad, sino que sigue habiendo muchas injusticias en contra de las víctimas, a quienes no se les cree y no se les ayuda de la mejor manera en el proceso largo y tedioso de sanación de sus heridas. Pues bien, esta es la temática principal del libro que la Doctora Deborah Inman nos regala hoy. Escrito con un vocabulario accesible para tutores, padres de familia, educadores, terapistas y juristas, el libro pretende, no solo generar una mayor toma de conciencia abriendo más los ojos y los corazones para comprender la cruda realidad del abuso sexual, sino que presenta recursos prácticos, soluciones a preguntas concretas que los padres de familia pueden hacerse frente a este tipo de abuso. El gran problema aquí expuesto es que la gran mayoría de los abusadores no admite lo que hizo ni expresará ningún tipo de remordimiento.
